Diciembre 2009

Alejandra Guzmán es poco quejumbrosa, pero aquella tarde fue inevitable. Todos los días llegaba al estudio con una faja, a modo de contrarrestar los dolores en la espalda baja. 

Durante la última sesión de la grabación de su nuevo álbum, Único, en Londres, la cantante no pudo contener las lágrimas. Con un rostro de sufrimiento, miró a su personal manager y le dijo: “Mike, no puedo más”. El dolor era cada vez más intenso sin saber exactamente cuál era la razón del malestar, sintió que algo andaba mal. 

La intérprete nunca se imaginó el torbellino que se avecinaba en su vida, y menos que su salud peligraba debido a la infección de la que fue víctima, tras una inyección que le aplicaron para levantar los glúteos en abril pasado.

Aún con la incertidumbre, Guzmán viajó de Londres a Miami en agosto para reencontrarse con su hija Frida Sofía. Precisamente fue la joven la primera en detectar que su madre tenía una bola en la espalda, luego de haber pasado todo el día en un parque de diversiones, en Florida. 

Inicia el calvario 

Los dolores se intensificaron, y La reina del rock decidió someterse a una resonancia magnética en Miami. Posteriormente visitó a varios médicos, entre ellos un neurólogo, un endocrinólogo, un dermatólogo, un ortopedista y un oncólogo. Nadie sabía exactamente qué tenía, o peor aún, ningún doctor se animaba a asumir la responsabilidad de su caso. 

Asustada, la cantante de 41 años regresó a la ciudad de México y le pidió al doctor Raúl López Infante (amigo suyo desde hace 25 años) que la ayudara. 

El médico “hizo de tripas corazón” y aceptó intervenirla quirúrjicamente. Todo terminó en una operación el 15 de octubre, en la que se le extrajo una placa de plástico de 20 por 25 centímetros que se le había formado y subido al cóccix. 

“Aún recuerdo los ojitos de Frida, reflejaban mucho miedo cuando le anuncié que me tenía que operar. Le dije esto no es el final, es el principio, ¡mucha fuerza!”, contó en entrevista con KIOSKO. 

Durante ese periodo tan terrible, en el que luchaba por su vida, la cantante siguió trabajando con su equipo en su nuevo álbum —que fue producido por Graeme Pleeth— aunque las canciones tuvieron que quedarse en el cajón hasta que se determinara la causa de su infección. 

“Creo que ahora interpreto las nuevas canciones con una conciencia que antes no tenía, con una conciencia sobre mi cuerpo y sobre lo que puedo hacer con mis limitaciones, me ha costado trabajo porque el dolor es mucho, no lo muestro porque ‘el show debe continuar’”, dijo. 

A pesar de la temporada tan crítica que vivió en 2009, año al que ha descrito como “el peor de mi vida”, admitió que “el dolor es el mejor bálsamo para cantar, es el corazón del blues, es el uy uy uy. Estoy viviendo un momento que, la verdad, no sabía si la iba a pasar o no, quiero hacer las cosas lo mejor que pueda, pero lo quiero disfrutar (…) creo que todo lo que me ha pasado me ha enseñado a valorar lo que uno realmente quiere y luchar por ello y salir adelante sin tener resentimientos y odio y tanta cosa, porque la neta si hay un sentimiento por ahí de traición”, comentó. 

Igual que Ely, se inspira en los animales 

Al igual que Ely Guerra, en su nuevo disco (Hombre invisible), Alejandra Guzmán realizó una sesión fotográfica en la que encarnó a diferentes animales que describen su personalidad explosiva y sensual. 

Dichas imágenes son creación del fotógrafo Fausto Terán —quien fue el encargado de mostrar a Alejandra como una pantera negra, un ave, un lobo, un rinoceronte y una abeja— y éstas serán subastadas para reunir fondos para la Fundación CIE, que apoya una campaña para prevenir el cáncer de mama y a los niños de la calle. 

“Es curioso eso de Ely Guerra, y también Shakira sacó lo de La Loba. No conozco a Ely, bueno la conozco, la respeto mucho, pero no tengo nada que ver con ella, no sé si en el momento en el que surgió la idea hubo una conexión”, explicó. 

“Me clavé con Fausto (Terán) hablando de las transformaciones internas y de que me he inspirado en los animales por todos estos años, porque al final soy un animal, soy muy visceral, y todo esto cuando ya lo veía en las fotos, lo entendía, en el video tengo el mismo concepto, el pájaro, mandé a hacer mi penacho sin saber que Fausto me relacionaría con los animales, entonces todo fue engranando”, agregó. 

En Único —del cual se desprende el sencillo “Mentiras piadosas”—, la intérprete tomó algunos conceptos prehispánicos como el penacho y el caracol. 

“Lo del caracol es muy representativo para mí; por ottra parte, me encantan los temascales, cada vez que puedo me meto a alguno; toco el caracol para pedir a los dioses que se me abran los caminos, y me dejen volar un rato”. 

Alejandra adelantó que después del miniconcierto que ofreció el martes por la noche para presentar Único en el José Cuervo Salón, tendrá tres presentaciones más para cerrar 2009, y será el 13 de febrero cuando se presente en la Arena Monterrey como parte de su gira. “Le he dicho a mis representantes que prefiero hacer dos shows en lugar de cuatro, porque quiero dar lo mejor de mí, quiero darle a mi gente algo de calidad, y ahora no puedo mover tanto la colita como siempre porque todavía me duele”, dijo bromista.